El domingo 18 de Noviembre, hemos celebrado en Sevilla la Eucaristía dominical y un gesto de denuncia pública anunciando que #lapersonaesloprimero. La prensa sevillana se ha hecho eco de nuestro gesto en el periódico del día.
Durante la Eucaristía hemos tenido presente las situaciones de injusticia que sufrimos en los barrios más maltratados de la ciudad, así como el trabajo que mucha gente está realizando para paliar estas situaciones y darles a muchas personas un poquito de esperanza.
La Eucaristía la hemos finalizado fuera del templo, compartiendo con las 150 personas que nos han acompañado, las distintas acciones que estamos llevando en Andalucía, situaciones de injusticia y necesidad y el comunicado que adjuntamos al final.
Para terminar hemos rezado con la oración a Jesús Obrero y el sacerdote nos ha dado la bendición desde la propia concentración.
Comunicado:
Cada día que pasa, las familias
de nuestros barrios ven crecer la inseguridad, la incertidumbre y el miedo. Va
aumentando el número de personas que pasa a engrosar las listas del paro, y los
recursos de formación y empleo o están cerrados o desbordados…
Antes de esta gran estafa, mal
llamada crisis en la que estamos inmersos, la situación en nuestros barrios ya era
dramática, ya teníamos una tasa de paro del 60%, y un fracaso escolar del 70%
en la ESO.
Ahora, cada vez acuden más
personas a las Cáritas y a comedores sociales, cada día hay más personas que no
duermen por que la orden de desahucio está a punto de ejecutarse, cada vez hay
más personas que se quedan sin atención sanitaria, y cada vez hay más jóvenes,
y no tan jóvenes, que ven ante sí un futuro incierto en lo educativo, lo
laboral, con imposibilidad de desarrollar un proyecto de vida personal…
Muchas personas viven en los
límites de la subsistencia, muchas familias viven con la pensión del abuelo…
Muchas personas, muchas familias
precisan ayuda para satisfacer las necesidades más elementales y vivir con un
mínimo de dignidad.
Ante esto, los gobiernos
desarrollan una serie de medidas políticas cuyo fin es el incremento de
los beneficios de unos pocos frente a las necesidades de la mayoría. Son
medidas inmorales, que están creando mayor desigualdad y pobreza y que no
debemos aceptar con resignación.
La Iglesia se opone a esta
situación donde se degrada a la persona: Benedicto XVI, en su Encíclica, Cáritas in Veritate, en el capítulo II, El desarrollo humano en
nuestro tiempo, dice: “El primer capital que se ha de
salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad”.
Las personas aquí reunidas como
Iglesia en el mundo obrero, queremos manifestar:
Que no es ético, humano, ni
cristiano continuar poniendo en el centro de la vida política y legislativa
medidas que condenen a la pobreza, a la exclusión y a la esclavitud a
miles de personas, de familias, tanto en nuestro país, como en el resto del planeta. Se están destruyendo
los derechos sociales y laborales, y para nosotros la persona es lo primero,
tiene que ser lo primero.
Por todo ello, pedimos a
los distintos poderes públicos, que actúen con responsabilidad ante
la gravedad de la situación actual, y que no olviden este principio básico
de humanidad que expresaba Juan Pablo II en Toronto en el año 1984, “las necesidades de los pobres deben tener
preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores,
sobre el incremento de los beneficios”
LA PERSONA ES LO PRIMERO,
JUSTICIA PARA NUESTROS BARRIOS.
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