martes, 29 de enero de 2013

Ubrique, LA Persona es lo Primero. 25/01/13. LA DESIGUALDAD Y EL INDIVIDUALISMO CONFORMAN UN CÍRCULO VICIOSO QUE NOS LLEVA A LA INFELICIDAD Y LA INJUSTICIA.

La conferencia “Conciencia Social y Dignidad de la Persona” cierra temporalmente las VII Jornadas por la Integración.







José Luis Fernández Orta, profesor de religión y actual presidente de la HOAC en la diócesis de Málaga, fue el encargado de cerrar temporalmente las Jornadas organizadas por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en la habitual charla del grupo HOAC.

En un discurso perfectamente hilvanado, José Luis Fernández analizó cómo la desigualdad que hoy vivimos en nuestra sociedad, nos lleva a ver a los demás como competidores que amenazan nuestro bienestar, y a que vivamos de forma individualista, preocupándonos únicamente por nosotros mismos y nuestras familias, desarrollando así también nuestro egoísmo. Esto, a su vez, genera más desigualdad, excluyendo de la posibilidad de una vida digna a gran parte de la sociedad.



Frente a esta pérdida de confianza en el otro, el conocimiento de otras personas, de sus necesidades y aspiraciones nos lleva a reconocernos parte de un grupo, y comprender que lo que pasa a los demás también es asunto nuestro. Tener conciencia social es reconocer que las necesidades y aspiraciones propias son compartidas por todos los miembros del grupo con el que nos identificamos, que lo que en mí es un derecho, se convierte en un deber para con los demás. Y no podemos quedarnos en nuestro propio grupo social, sino que también hemos de reconocer a los otros grupos sociales.



Desde esta perspectiva, señalaba José Luis Fernández, el compromiso es una obligación tanto cristiana como humana. Es necesario comprometerse por la dignidad de la persona, afirmando su superioridad frente a cualquier cosa material, ideología o incluso beneficio económico. Y para ello, es necesario dar una serie de pasos, como la educación de los jóvenes (no sólo por el profesorado, sino muy especialmente por las familias), el análisis crítico de la sociedad en la que vivimos, realizado en grupos que nos ayuden a descubrir la verdad, y la implicación en estructuras sociales que, si bien nunca serán perfectas, sí necesitan de la participación de todos para poder cambiar la sociedad.




Tras la charla, hubo un pequeño debate en el que se destacó el importante papel que juega la educación en la creación de una conciencia social en las personas, y la necesidad de esperanza de que la sociedad puede ser diferente. Una esperanza, que en el caso de los cristianos, siempre según el ponente, nace y se fundamenta en la fe.

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